miércoles, 17 de agosto de 2016



¿ CONOCES SUS DIFERENCIAS?

TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES ( TAA)

Es una intervención que utiliza/se basa en el vínculo persona-animal para la consecución de unos objetivos terapéuticos. El animal debe cumplir unos criterios/requisitos específicos y es una parte integral del proceso de tratamiento. La TAA está diseñada para promover la mejora en el funcionamiento físico, social, emocional y/o cognitivo y puede ser individual o en grupo. Está dirigida y/o desarrollada por un equipo profesional de la salud experto en la materia (FIAA 2013).

EDUCACIÓN ASISTIDA CON ANIMALES (EAA)

Es una intervención que utiliza/se basa el vínculo persona-animal para la consecución de unos objetivos educativos. El animal debe cumplir unos criterios/requisitos específicos y es una parte integral del proceso de educación formal o no formal. La EAA está diseñada para promover la formación integral del individuo. Está dirigida y/o desarrollada por un equipo experto en la materia (FIAA 2013).

ACTIVIDADES ASISTIDA CON ANIMALES (AAA)

Actividades que se desarrollan con ayuda de animales que poseen unos requisitos específicos. Son actividades informales por tanto, se caracterizan por una cierta flexibilidad y espontaneidad, que buscan la interacción entre el hombre y el animal estimulando la socialización, la motivación, la educación y otros beneficios que aumenten globalmente la calidad de vida (Muñoz Lasa S. Rev Neurologia 2013). Estas sesiones,  no están necesariamente dirigidas por un profesional de la salud o la educación ni son necesariamente evaluadas.(FIAA 2013).


miércoles, 20 de abril de 2016

CONOCIENDO SOBRE LAS TAA (Terapia Asistida por Animales)


 



Volver a mirar atrás y ver de dónde venimos, sentirnos parte
con la naturaleza, ser, al fin y al cabo, animales.
 


Y así comienza mi justificación sobre este tipo de terapias, con la TEORÍA DE LA BIOFILIA formulada por el biólogo E. O. Wilson en 1984; teoría que defiende la conexión que tenemos con la naturaleza, conexión innata que aunque creamos que no tenemos, está en nuestro genoma.

Un ejemplo de ello es la necesidad de esas zonas verdes en las grandes ciudades, esa plantita que nos acompaña en nuestra mesa de trabajo, esa mascota que la sentimos parte de nuestra familia, ese bienestar que sentimos al desconectar en un bosque, en una playa…

En las TAA, el animal actúa como parte integral de la intervención, el objetivo de estas sesiones es la de promover  una mejora física, social, emocional y/ o  cognitiva.  Se hace imprescindible la presencia de un profesional de la salud que lleve a cabo el registro y evaluación de las sesiones.

Ésta teoría propone que el contacto con animales favorece la seguridad para muchas personas, sirviendo como potenciador del mantenimiento de la atención, la codificación de los recuerdos y la organización de los pensamientos.

La inclusión de intervenciones asistidas por animales pueden facilitar tanto el desarrollo y entrenamiento de habilidades de comunicación no verbal -el contacto visual, la expresión facial, las posturas, la distancia social y el uso de gestos- como de habilidades lingüísticas y paralingüísticas que incluyen aspectos relacionados con el tono de voz, el volumen o la claridad del discurso (Spence, 2003).


Entre los beneficios más destacados de incorporar animales a nuestras intervenciones como profesionales de la salud encontramos:

- Creamos un clima agradable favoreciendo la disminución de estrés y excitación, hay estudios que han demostrado cómo se reduce de forma significativa la presión arterial y frecuencia cardiaca. El perro produce un efecto de calma y promueve un sentido de seguridad (Fine, 2010; Gutiérrez, Granados & Piar, 2007; Walsh, 2009.

- Mejorar de aquellos aspectos cognitivos, motricidad,  emocionales y sociales.

- El animal actúa como catalizador de emociones; las personas se sienten más cómodas al hablar con el animal, facilitando de esta forma la identificación y su correcta utilización de los sentimientos.

- En aquellas personas que son menos propensas a colaborar en las sesiones, el perro ayuda al profesional a parecer una figura más cercana y menos amenazante, actuando como puente facilitando la conexión entre ambos.

Las personas que van acompañadas por un perro son percibidas como más amigables, simpáticas y sociales (Walsh, 2009).

- Se sabe que el maltrato hacia pequeños animales, es un importante indicador de violencia futura hacia otras personas, por ello se fomenta  la empatía y control de conductas violentas que pudieran surgir hacía otras personas o animales presentes en las sesiones.

Incorporar el perro de terapia como objeto transicional, puede ayudarnos a apoyar los objetivos terapéuticos y mejorar el funcionamiento psicosocial de los menores (Krufer & Serpell, 2006).

- Actúa positivamente en aquellos problemas depresivos y de autoestima, mejorando la calidad de vida e incluso la mejoría de algunas enfermedades.

- Hay estudios que demuestran las mejoras significativas en el dolor, el estado de ánimo, y otras medidas de angustia entre los pacientes después de la visita de los perros de terapia.


Para finalizar, hay que añadir que uno de los principales problemas es la desinformación de sus beneficios y aplicaciones; en España aún es muy novedoso, aunque en los últimos años ha ido creciendo dado a los buenos resultados que se están obteniendo y sobre todo porque quienes lo conocen de primera mano reclaman una mayor proporción y normalización de este tipo de terapias. 







jueves, 18 de febrero de 2016




Jamás te enamores de una mujer que ama a los perros con locura… Porque está loca, y no es broma... Ella cree en el amor verdadero y no renuncia a eso.


Ella sabe que cuando vuelve a casa después de la dura jornada diaria hay un amor incondicional que la recibe con felicidad y la besa efusivamente.

Ella está convencida que un paseo al aire libre un día de sol, o bajo la lluvia, es alegría. 

Cree firmemente que, como los lobos en la manada, su compañero puede amarla y protegerla visceralmente, siempre.

Ella adora escuchar los sonidos del silencio con la respiración de su perro como única música… Y buscará lo mismo.

Ella puede enseñarte como encontrar la paz en una simple caricia, en una mirada cómplice.

Siente que la fidelidad no es un peso, sino algo natural, lógico y sobreentendido. No te enamores de una mujer que ama a los perros con locura.

Entiende cuando algo no está bien antes de decirlo, por su sexto sentido pero más por su extrema sensibilidad.

Puede ser dulce como un cachorro y combativa como una loba…

Ha descubierto sentimientos en sus perros amados que le recuerdan los cuentos que leía de chica, de tan nobles e ideales… Y pretende encontrarlos en un hombre.

Esa mujer está loca y puede correr poniendo en riesgo su integridad por esos animales que ama. 

Puede reír de la nada y conversar en la comunión de las miradas a la hora de la siesta.

No te enamores de una mujer así porque sabe sobre la reciprocidad, la nobleza, la entrega, el estar en las buenas y las malas, el sentimiento puesto en demostraciones sin límites o en largas quietudes.

Siempre será un poco ridícula, desaforada, vehemente. 

No le importarán los pelitos en su ropa oscura, serán para ella trofeos y motivo de orgullo.

Llorará a mares cuando su perro se vaya y deberás respetar su duelo. 

Priorizará el bienestar de sus hijos peludos al momento de las vacaciones.

Tendrá en sus perfiles y teléfonos un 99 % de fotos de su pequeño… Y quizás ninguna tuya.

Su intensidad hace que si te enamoras no puedas olvidarla, aún dejándola.

Tiene alma de madre aunque no lo sea, tiene un instinto de protección feroz. 

Pedirá todo porque amando da todo. 

Ha aprendido a amar en un presente perfecto, porque así es el vínculo que la une a su perro.

No te enamores de una mujer así. 

Su locura es una enfermedad transmisible, y si con suerte no eres inmune… terminarás contagiándote.

Autor desconocido.